El entusiasmo de los demás es contagioso. Por eso los publicistas describen clientes felices, empujando gustosos su carrito de la compra por el supermercado. Esto puede hacer que quiera ir a hacer la compra a una tienda concreta, aunque signifique ir a comprar mucho más lejos de lo que normalmente voy. Las sonrisas y la simpatía son contagiosas. Conforme la Luna crece, te anima a dar luz de una manera que anime a los demás a sonreír. Tu felicidad puede dar pie a un agradable fin de semana.