Lo mires por donde lo mires, tienes la sensación de que te estás enfrentando a cosas que no puedes hacer. Puede que sean demasiado caras o que molesten a alguien o que te parezca que no tienes permiso para hacerlas. Pero, ¿no será que, en el fondo, no quieres hacerlas? Se ve que estás desenterrando una razón tras otra de por qué no puedes hacerlas, cuando te resultaría igual de fácil encontrar razones por las que sí las puedes hacer. Hoy sé sincera. En cuanto hayas identificado lo que de verdad quieres (y no quieres), todo cobrará sentido.