La mayor parte del tiempo no es nuestra intención portarnos mal con los demás. Normalmente no somos conscientes de que nuestros actos están ofendiendo y no comprendemos que estamos causando problemas. Sin embargo, cuando somos nosotros los que estamos en el extremo receptor, nos es difícil creer que no nos están tratando mal a propósito. Nos preguntamos cómo pueden ser tan desconsiderados mientras ellos se preguntan por qué somos tan sensibles. Esta semana del solsticio, en lugar de caer en la trampa de la culpa, hay mucho que ganar buscando la paz.
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