Es difícil que esas promociones “compre uno llévese dos” no nos persuadan. Al parecer, nos vemos fácilmente atraídos por las ofertas especiales. Tal vez se deba a la creencia innata de que tiene que haber una manera de conseguir lo que queremos, cuando lo queramos. Por eso tendemos a aprovechar una “ganga”, aunque sea un sustituto de la satisfacción. A medida que nos acercamos a la superluna del equinoccio, se te ofrece la ocasión de sacar provecho de una oportunidad perfecta. Quizás no sea la ruta rápida a la que quieres ir. Pero es la correcta.