Hay una ley cósmica que gobierna el precio de todas las cosas. Tenemos que pagar por lo que tenemos de una manera que escapa a nuestra comprensión. Lo interesante del caso, es que el pago no sigue los protocolos “monetarios” normales. No ganamos más porque paguemos más. Algunas veces vale la pena hacer el máximo esfuerzo para conseguir una cosa y a veces no. ¡No sorprende que el concepto nos agobie! No estás segura respecto a una decisión. Al parecer tienes que canjear algo para conseguir lo que quieres. Habrá valido la pena.