En un arranque de brillantez es posible plantear una visión inspiradora. Podemos cambiar el rumbo en el que el barco de nuestra vida está navegando y partir hacia un destino nuevo y prometedor. Sin embargo, algunas veces nos dejamos llevar por el entusiasmo y ponemos toda nuestra energía en una idea malísima. Nos aferramos a una corazonada absurda y nos desviamos de un rumbo que nos conducía (si bien es cierto que lentamente) a algo que sí vale la pena. El cambio de dirección de tu regente, y su vínculo con Neptuno te darán la claridad necesaria para reconsiderar tu idea.