Cualquier cosa que involucre a dos personas será siempre problemática. Por eso las relaciones son difíciles. Es una maravilla que no se le haya ocurrido a nadie la idea de promover las sociedades en solitario. Imagínate lo que nos ahorraríamos si dejásemos de comprar regalos e invitar a cenar. Podríamos invertir todo eso en sesiones de autoayuda que nos enseñen ¡a amarnos a nosotros mismos! De hecho, es más probable que nos llevemos mucho mejor con los demás si somos más felices dentro de nuestra propia piel. El mensaje del cosmos es claro: hoy pon tu fe en ti misma.