La semana pasada, mientras iba caminando y pensando en mis asuntos, delante de mí aterrizó un trozo de papel. Estaba escrito a mano y, en un arranque de tremenda curiosidad, decidí echarle una miradita. En él había escrita una larga lista de cosas para hacer – algunas tachadas, otras no. “¡Ajá – pensé – seguro que esto es una señal! Si sigo esta lista fielmente, ¡todo mejorará!” El hecho de que pareciera mucho más fácil que mi propia lista ¡no influía para nada en mi decisión! Hoy haz lo que tengas que hacer, pero no cargues también con la lista de otra persona.
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