¿Te acuerdas de que ayer tu vida cambió para siempre? Bueno, si estás de humor para ello, ¡hoy puedes volver a cambiarla para siempre! Tienes varias maneras de hacerlo: puedes trabajar en las decisiones que ya has tomado y fortalecerlas. O puedes reconsiderarlas y decidir que no es así como quieres proceder. El cambio no tiene que ser algo así como “tirarse a un precipicio”. Algunas veces, lo único que tenemos que hacer es acercarnos al borde, mirar abajo y luego volver adonde no hay peligro.
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