Aunque la nerviosa anticipación que sientes esté haciendo que te parezca que estás en el borde de un trampolín, ya no estás esperando. Has saltado. Estás en ese curioso espacio de tiempo intemporal que hay desde que saltas hasta que produces una salpicadura al entrar en el agua. El tiempo tiene tendencia a pasar más despacio en los momentos intensos. Los segundos parecen minutos y los minutos tardan horas en pasar. Puede que las cosas no estén ocurriendo a la velocidad que te gustaría pero el eclipse parcial revela el impresionante progreso que has hecho.