Si estás empezando a arrepentirte de la velocidad con la que has tomado una decisión reciente, el legado de la superluna te ofrece el momento perfecto para reflexionar sobre lo que realmente lamentas. ¿Es la decisión en sí o se trata de la prisa con que la tomaste? Es justo decir que actuaste con rapidez. Sin embargo, teniendo todo en cuenta, actuaste debidamente. Y si no hubieras hecho nada, habrías perdido la ventaja. No hay motivos para que te sientas ni avergonzada ni culpable. Simplemente sigue avanzando. Hiciste lo que había que hacer.