La voluntad de cambiar de opinión – y hacerlo a menudo – ¿te convierte en una persona informal? ¿o inconsecuente? ¿o excéntrica e indecisa? ¿O en cambio señala una flexibilidad intelectual que pocos de nosotros tenemos la suerte de poseer? Nada se queda inmóvil durante mucho tiempo. El periódico de ayer es la basura de hoy. Y lo que ayer era imprescindible, hoy pueden ser cosas sin importancia. Aferrarse a los esfuerzos del pasado, que han dejado de ser relevantes, no es un punto fuerte. Sé lo suficientemente fuerte como para romper totalmente con algo que ya no funciona.