Aunque pienses que no hacer nada no te lleva a ninguna parte, en algunas ocasiones es la mejor opción. A veces intervenimos en situaciones que es mejor dejar que sigan su curso normal e interrumpimos un proceso natural, interponiéndonos en el camino de unas fuerzas que en el fondo sólo quieren lo mejor para nosotros. Si bien es cierto que tal vez con el tiempo tengas que pasar a la acción, por el momento lo más sensato es dejar las cosas tal y como están. Deja que el polvo se asiente. Cuando sepas lo que tienes que hacer, tendrás las herramientas necesarias para conseguirlo.