El corazón y la cabeza nos llevan en direcciones muy diferentes. La cabeza busca información. Le encanta obtener datos y dedicarse a resolver acertijos. Disfruta en los debates y aboga por las ventajas que piensa que sólo el intelecto puede traer. El corazón tiene deseos más sencillos. Busca el amor: tanto si es sentirlo, compartirlo o recibirlo, como si es ser amado y nunca llega un punto en el que piense “ya se suficiente amor para mí”. Esta semana no olvides que nunca puede haber demasiado amor. Haz lo que te diga el corazón.