Aun cuando tengamos los ojos bien abiertos, muchas veces no vemos lo que está pasando justo delante de nuestras narices. Nos resulta mucho más fácil pensar en lo que ha ocurrido o en lo que va a ocurrir, que centrarnos en el “ahora”. Aun cuando nos las arreglemos para concentrarnos en el presente, parece que sólo somos capaces de ver un aspecto de él y no percibir todas las demás cosas que podrían ser igual de interesantes. Pero algunas veces ocurre algo que nos concede un cambio de perspectiva. Eso es lo que estás experimentando hoy.