Uno más dos igual a tres. Lo sabes. Es un hecho que demostraste hace muchos años, más allá de cualquier duda razonable. Es tan cierto como que el cielo es azul. Siempre que te piden que respondas a esta suma, das esta misma respuesta. Ni siquiera tienes que pensártela. Y eso está bien. Pero ¿no estarás afirmando categóricamente otra cosa, cuando lo que tienes que hacer es reconsiderarla? Hay circunstancias atenuantes que debes tener en cuenta. Hoy vale la pena que revises tus matemáticas.