No ha pasado tanto tiempo desde que el muesli y el yogurt eran considerados comida de “hippies”. Captaron nuestra imaginación y entonces su popularidad creció hasta que se convirtieron en algo de uso general. Hoy en día todos los tenemos en nuestros armarios y frigoríficos. Se gastan millones de euros en ensalzar sus beneficios para la salud, seduciendo a los consumidores para que los compren. Sin embargo, el hecho de que algo capte un apoyo generalizado no significa que sea bueno o saludable. Será mejor que hoy vayas en contra a una tendencia.