Digo yo que el acto de las concesiones mutuas debería ser un proceso sencillo, ¿no? Pero, tan pronto como el equilibrio entre la persona que da y la que recibe empieza a ser desigual, todo se malogra. Lo cuál está bien si eres tú la que estás recibiendo. La que cede, por otro lado, tiende a sentirse un poco defraudada. Y, como pasa con toda desigualdad, llega un momento en el que los mecanismos de control y equilibrio tienen que ser rectificados y correspondidos. ¿De verdad estás recibiendo algo de la situación actual? Podría ser el momento de reajustar la balanza a tu favor.