Empieza casi a la vez que empezamos a hablar. No hemos pronunciado más que unas cuantas palabras antes de que se presente el concepto de hacer valoraciones y evaluaciones. “Esta pieza de construcción es más grande que esa”. “Ese pastel es más dulce”. Y, a medida que aprendemos el arte de hacer comparaciones, también aprendemos a emitir juicios. Aunque esta herramienta nos permite valorar, comerciar y negociar, también yace en la raíz de los prejuicios y la injusticia social. Hoy cuidado con montar alboroto por un sistema injusto de ascensos por méritos.