La libertad y los tés de hierbas comparten una similitud: muchas veces huelen mejor que saben. Algo que pensabas que sería delicioso te ha dejado un gusto amargo en la boca. Te habías hecho unas ilusiones tan firmes que al ser la experiencia real tan distinta de ellas casi te ha resultado desagradable. Como Marte y Neptuno se unen, no tiene sentido que quieras algo de cierta persona que es incapaz de darte lo que necesitas. Y la libertad no es algo que puedas utilizar precisamente para endulzar un desafío.